Sin decir nada, una sola sonrisa me hizo bajar la mirada, ahora pienso “vaya reacción
estúpida”, tiemblo al pensar en las otras noches. pero hoy juguemos a los
desconocidos. Me das la mano en gesto de diplomacia muy neutral, mi mano se pierde en la tuya y sin pensar me muerdo el labio inferior, este acto tan cotidiano e indiferente , se siente tan… tibio. te hablo de la escuela, de mi casa, mi madre, de mis sueños, de todos mis problemas de niña
berrinchuda quizá en un intento tonto por disimular mis antojos cotidianos.
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